La colección de obras de Inés Valls se caracteriza por recrear instantes muy precisos que fueron efímeros pero permanecen en su mente. Las colecciones captan vistas aéreas de océanos en movimiento, playas salvajes, inmersiones en fondos marinos, la luna en su fase más mágica, cielos rosados infinitos, con una paleta de colores neutros que evoca la vuelta a los orígenes, el anhelo a la eternidad.
"Mi trabajo expresionista persigue un diálogo a tres bandas entre la obra, el observador y el artista"
El dinamismo y movimiento en positivo siempre están presentes en cada una de las obras de la colección. La intuición es la que manda en el lienzo, sin planificar nada. Su obra se diferencia por ser viva, atemporal, exclusiva y sugerente, en búsqueda del equilibrio, la elegancia y la armonía con el entorno.